¿Cómo se desarrolla el conocimiento de la terapia ocupacional?

14.05.2013 03:49

 

En 1917, tras la formación de la National Association for the Promotion of Occcupational Therapy, y otros acontecimientos importantes, se considera  como el  comienzo formal de la Terapia Ocupacional en EEUU. Empieza la capacitación de los Terapeutas Ocupacionales. Una gran cantidad de libros y artículos se habían escrito acerca de esta profesión, la que debido al desarrollo e intercambio formal del conocimiento de su práctica, marca su surgimiento. Personas con formaciones profesionales distintas fueron los primeros terapeutas ocupacionales.

El punto de vista originario de la Terapia Ocupacional es expuesto por el libro The Work of Our Hand, el cual decía lo siguiente: “Cuando el paciente realiza un trabajo manual digno comienza a hacer descubrimientos. Encuentra su camino a través de senderos nuevos. Aprende algo acerca de la dignidad y la satisfacción que produce el trabajo y lograr una conciencia mucho más simple y más saludable de la vida. Esto es en sí mismo algo bueno pero, además, la apertura mental tiene la capacidad de lograr puntos de vista nuevos, esperanzas nuevas y de renovar la fe. Hay algo respecto del trabajo simple y efectivo con las manos que hace de los seres humanos verdaderos creadores, los relaciona con las grandes fuerzas creadoras del mundo. Cualquier cosa es posible a partir de esta base de dignidad y simplicidad. En muchas ocasiones, la naturaleza empobrecida se torna generosa y plena. Todo esto se agrega a los beneficios psicológicos reales que pueden provenir de una actividad muscular nueva.”

Los paradigmas reflejan el modo que hay que considerar para tratar a las personas que tienen problemas debido a un deterioro de sus capacidades. En la historia de la Terapia Ocupacional surgen varios de ellos.

 El preparadigma del tratamiento moral, este enfoque que estaba dirigido hacia las personas que padecían afecciones mentales tenía como premisa central que éstas restituyeran un funcionamiento más saludable y a la vez más satisfactorio, mediante la participación en eventos y tareas diversas de la vida cotidiana. Para esto, “se esperaba que el empleo en ocupaciones diversas fuera un medio para que el paciente mantuviera el control de su propia afección” (Bing, 1981, p.504). Se pensaba que los hábitos de vida incorrectos de la persona era el factor principal de la afección mental, por lo que se diseñaban ambientes físicos, temporales y sociales para corregirlos.

Luego de este preparadigma surge el paradigma de la ocupación que se describe el cómo ésta puede influir en  la recuperación de la enfermedad y la adaptación de la discapacidad. El primer concepto para este paradigma lo articula Adolf Meyer en Archives of Ocupational Teraphy, “Nuestro concepto de hombre es el de un organismo que se mantiene y busca un equilibrio dentro del mundo de lo tangible y lo real a través de la vida activa y del uso activo, esto es, haciendo uso, viviendo y actuando su vida en armonía con su propia naturaleza y la del medio que lo rodea. Es el uso de nosotros mismos lo que deja su impronta final en cada uno de nuestros órganos “.  Es aquí donde se identifica el trabajo como una necesidad humana. El segundo concepto propuesto por Meyer y Dunton, expresaba que…”la ocupación consiste en la alternancia entre modos de existir, pensar y actuar”. Seguido a esto, Meyer expone que “el estilo de vida saludable depende y se manifiesta por medio de los hábitos que organizan el uso cotidiano del tiempo”. Un tercer concepto, postula que la mente y el cuerpo están unidos, por lo que sus capacidades se mantienen mediante el desempeño de ocupaciones que proporcionan un sentimiento de interés, valor, logro y desafío. En el cuarto concepto, se dice que está en la naturaleza humana el desempeño de alguna ocupación, “la inactividad forzosa podría dañar la mente y el cuerpo de la persona enferma” (Slangey Robeson, 1941, p. 18). El objetivo de este primer paradigma era motivar a las personas, dando énfasis en que las ocupaciones eran muy importantes como medio terapéutico, como por ejemplo, la danza, artesanía, música juegos, deportes y actividades laborales.

Después de este paradigma, surge una crisis, la cual venia presionada por la medicina para que fueran establecidas las bases empíricas y racionales de esta práctica. La crítica de los médicos fue la siguiente: “Nadie que haya observado en acción un programa ocupacional puede dudar de que aparenta ser de gran ayuda para algunos pacientes y de algún provecho en general para muchos. Sin embargo, no parece haber una teoría rigurosa e integradora que pueda explicar quién es el sujeto de ayuda, cómo, por qué medios o por qué motivo se le asiste, y existe muy poca evidencia objetiva de que la terapia ocupacional sea realmente efectiva” ( Meyerson, 1957, p. 131). Debido a estas críticas, el primer paradigma se enfrentara con el reduccionismo. El reduccionismo médico, a través de la identificación y el análisis de elementos que constituyen el cuerpo humano o la psique, busca dar explicación a las enfermedades y la salud. Luego de esto se desarrolla el paradigma mecanicista.

El paradigma mecanicista se centraba en los compuestos neurológicos, kinesiológicos e intrapsíquicos de los pacientes, las patologías que éstos podían padecer quedaban reducidos en los elementos ya mencionados anteriormente. Se le da un enfoque más médico a esta disciplina. Es así como en este momento de la historia, la persona  es vista como una “máquina”, solo se toman en cuentan sus “partes”, para ser tratada. Entre los beneficios que trajo este punto de vista  se observa un importante aumento de la tecnología, con el fin de resolver los problemas en áreas específicas del paciente.

La segunda crisis, el paradigma mecanicista, se enfocó solo en objetivos y mecanismos, fuera del ámbito de las personas y  ocupación como recuperación de la salud, desviando a esta disciplina de su misión original. Fue así como la terapia ocupacional fue perdiendo su identidad y su existencia corría peligro.

En consecuencia de esta segunda crisis se convoca un nuevo paradigma (décadas de 1960 y 1970), Mary Reilly con otros profesionales querían recapturar elementos del primer paradigma (paradigma de la ocupación), y para esto, desarrollan un grupo de conceptos con el fin de lograr lo que se proponían. Se regresa al enfoque centrado en la ocupación; la motivación humana para la ocupación también es reconocida; se estudia el sentido que el ser humano tiene del tiempo, la finalidad y la responsabilidad personal para la adaptación, y la importancia del entorno en el apoyo o el impedimento de ésta; entre otros principios que se encarnan en este nuevo paradigma.